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Entrenamiento para la vida

Ansiedad, baja autoestima, depresión y gestión de emociones, los 4 problemas que más nos aquejan

Maestra Sandra Reynoso

Maestra Sandra Reynoso
Coach de Vida y Sexualidad

8 marzo, 2022

Ansiedad, baja autoestima, depresión y gestión de emociones, los 4 problemas que más nos aquejan

Hoy en día necesitamos pedir ayuda cuando nos sentimos mal y muchas veces no sabemos a quién, dependiendo del problema y su gravedad, eso determinará nuestra decisión.

Cuando Aristóteles hablaba del alma de la psique, que era la palabra que se utilizaba en la filosofía griega, se refería a la vitalidad de todo el cuerpo, de todo nuestro organismo. Ahora cuando hablamos de la salud mental hablamos de la armonía del ser.

La pandemia nos ha dejado varios aprendizajes, uno de ellos es que no hay salud sin salud mental y los cuatro problemas mentales que más nos ponen en aprietos son en este orden, ansiedad, baja autoestima, gestión de emociones y la depresión o distimia.

Pedir ayuda a un experto es una de las mejores decisiones que podemos tomar cuando no nos sentimos bien, tendemos a no darle importancia a estos cuatro problemas, que si los atendiéramos a tiempo podrían mejorarse con un entrenamiento para la vida, pero si no les hacemos caso, podrían volverse patológicos, es decir, convertirse en una enfermedad que deberá tratarse como tal, con los especialistas y el tratamiento que requieran. 

Nos es normal sentirse mal, nos es normal tener miedo sin una razón aparente, no es normal sentirse inestable emocionalmente, tampoco lo es sentirse triste por largos periodos y estar atorados en la toma de decisiones. Todos esos son síntomas de uno o varios malestares que podemos atacar, eso no significa que tengamos serios problemas mentales, es que muchas veces no sabemos qué hacer. Acudir con un profesional nos puede abrir la puerta a un mejor camino en nuestras vidas. 

Qué recomendaría hacer, como yo soy coach y al conocer lo que hacemos los coaches, pues mi primera decisión sería acudir con un coach ontológico o de vida.  Él o ella tendrán, ante todo, una práctica ética para tratar de ayudar a su cliente y si éste, considera que se requiere de un especialista de la salud, deberá canalizarlo para que sea atendido de una forma integral, y si fuera necesario, el coach deberá hacerse a un lado o trabajar en conjunto.

Afortunadamente, la salud es un tema muy actual y recordemos que la salud tiene tres aristas, mental, corporal y espiritual. Este trío debe trabajarse armónicamente para obtener resultados. Gracias al trabajo de concientización que se está haciendo en redes sociales, campañas y medios de comunicación, la salud integral es un tema preponderante.

  1. Ansiedad.

La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacernos que sudemos, nos sintamos inquietos, tensos, y tener palpitaciones. Podría ser una reacción al estrés. Nos podemos sentir ansiosos al enfrentar un problema difícil en nuestro trabajo, antes y durante la presentación de un examen o antes de tomar una decisión trascendente en nuestras vidas. La ansiedad puede ayudarnos a enfrentar una situación, también puede darnos un impulso energético o ayudarnos a la concentración, pero para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no es temporal y puede convertirse en algo muy agobiante. Los síntomas pueden interferir con nuestras actividades diarias, tanto en el trabajo, como en la escuela y la socialización con las personas.

Trastornos de ansiedad:

Ansiedad generalizada: Las personas nos preocupamos por problemas comunes como salud, dinero, trabajo y familia, pero cuando esas preocupaciones se vuelven excesivas y consuetudinarias, es un trastorno y hay que tratarlo como tal.

Pánico: Cuando se sufren de ataques de pánico repentinos y se repiten con momentos de miedo intenso, sin que exista un peligro aparente. Estos ataques se producen muy rápido y pueden durar varios minutos.

Fobias: Es un un miedo intenso a algo o alguien con poco o ningún peligro real. Puede ser por arañas, por subirse a un avión, estar en lugares concurridos o estar en eventos sociales.

Se desconoce la causa de la ansiedad,  puede ser genética, biológica o la química del cerebro. Una enfermedad, estrés o una pérdida de trabajo o de algún familiar o de un amigo cercano o ya sea el entorno mismo, pueden ser factores que influyan.

  • Algunos rasgos de la personalidad, la timidez, o el ser retraído cuando está en situaciones distinta a la acostumbradas o con personas que no conoce.
  • Situaciones traumáticas en la infancia o en la edad adulta.
  • Antecedentes familiares de ansiedad u otros trastornos mentales.
  • Algunas afecciones de salud, como problemas de tiroides o arritmias.
  • Pensamientos o creencias que no puedes controlar, pueden hacerte sentir inquieto e interferir con tu vida cotidiana. Estos no desaparecen y pueden agudizarse con el tiempo.
  • Físicos, como taquicardia, dolores y molestias inexplicables, mareos, sensación de falta de aire y vómito.
  • Cambios en el comportamiento, que dejes de realizar las actividades de diario devenir.
  • Un programa de entrenamiento con un coach donde se proporciona herramientas y recursos para superar los miedos.
  • Psicoterapia, para enseñar diferentes formas de pensamiento y comportamiento para ayudar a cambiar la reacción ante las situaciones que causan miedo y ansiedad.
  • Medicamentos contra la ansiedad y sus síntomas, estos deben siempre ser recetados y supervisados por un profesional de la salud y es probable que se deban probar varios hasta dar con el adecuado.

Dependiendo del tipo de miedo o ansiedad, será el tratamiento, pudiendo ser uno o todos los mencionados.

  1. Baja Autoestima.

La autoestima está conformada a partir de tus pensamientos, relaciones y experiencias. Consiste en el nivel de autoestima y los beneficios de tener una opinión saludable de uno mismo.

La autoestima, según el Diccionario de la Lengua Española es “la valoración generalmente positiva de sí mismo”. Nathaniel Branden, psicoterapeuta canadiense, da la siguiente definición de autoestima: “La autoestima, plenamente consumada, es la experiencia fundamental de que podemos llevar una vida significativa y cumplir sus exigencias”.  Según Enrique Rojas en ¿Quién eres?, la autoestima “se vive como un juicio positivo sobre uno mismo, al haber conseguido un entramado personal coherente basado en los cuatro elementos básicos del ser humano: físicos, psicológicos, sociales y culturales. La autoestima consiste en valorar y reconocer lo que uno/a es y lo que puede llegar a ser”. 

Cuando tú autoestima es saludable, te sientes bien contigo mismo, eres y te comportas como alguien que merece el respeto de los demás. Cuando tú autoestima es baja, crees que tus opiniones e ideas no son valiosas y tú mismo las rechazas constantemente, considerando siempre que las opiniones de los demás son mejores que las tuyas. No te consideras lo suficientemente bueno.

¿Por qué debes desarrollar un sentido saludable de tu propio valor?

La autoestima se empieza a formar en la niñez temprana y los factores que pueden influenciar la autoestima son:

  • Percepción y pensamientos personales.
  • Reacción de otras personas.
  • Experiencias vividas en el hogar, la escuela y la sociedad en general.
  • Lesiones, enfermedades o problemas de discapacidad.
  • Relaciones familiares.
  • Relaciones sociales.
  • Creencias que tienes sobre ti.
  • Mensajes que hayas recibido.

Si te enfocas en tus debilidades y fallas, tu autoestima será negativa. Por el contrario, si te esfuerzas por cambiar estos pensamientos de ti mismo, y observas tus fortalezas y talentos, te puede ayudar a desarrollar un juicio más equilibrado y preciso de ti mismo.

La autoestima puede variar por el tiempo y las circunstancias. Tal como se refiere José Ortega y Gasset, el filósofo español, “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”. “En otros términos, la realidad circundante forma la otra mitad de mi persona”. No estamos solos, siempre convivimos con los demás y ahí es donde deberíamos estar seguros de lo que somos y no ser una veleta sin rumbo y sin propósito.

Extremos de la autoestima:

  • Consideras que tus ideas tienen poco o nulo valor.
  • Estás concentrado en tus errores, debilidades y no crees que eres hábil en nada o casi nada.
  • Piensas que los demás son más capaces que tú y más exitosos.
  • Le temes al fracaso.
  • No confías en ti.
  • No aceptas comentarios positivos sobre tu persona.
  • Fanfarroneas o te sientes superior a los demás.
  • Eres inseguro.
  • Eres iracundo.
  • Eres intolerante.
  • No toleras el estrés.
  • No comprendes a los demás, ni a ti mismo. 
  • No te respetas a ti mismo ni a los demás.
  • Te ves a ti mismo en forma equilibrada.
  • Opinas bien de tus habilidades y talentos.
  • Reconoces tus debilidades y defectos.
  • Tienes un juicio objetivo de ti mismo.
  • Te valoras en su justo medio*.
  • Tienes relaciones positivas y equilibradas.
  • Confías en ti.
  • Estás abierto al aprendizaje.
  • Eres asertivo al expresar tus opiniones.
  • Estableces relaciones honestas.
  • Te alejas de relaciones tóxicas.
  • Eres resiliente.
  • Tienes mayor capacidad para manejar el estrés.
  • Eres comprensivo.
  • No alardeas de tus virtudes.
  • Te respetas a ti mismo y a los demás.

 

*El justo medio, según Aristóteles, es el camino del que decide ser prudente. Es una posición intermedia entre el exceso y el defecto, el equilibrio entre las pasiones y las acciones.

  1. Depresión.

Es una enfermedad clínica severa. Es mucho más que sentirte triste algunos días. Los síntomas pueden ser:

  • Te sientes triste o «vacío».
  • Pierdes el interés en tus actividades favoritas.
  • Te aumenta o pierdes el apetito.
  • No puedes dormir o duermes demasiado.
  • Te sientes muy cansado.
  • Te sientes desesperanzado, irritable, ansioso o culpable.
  • Tienes dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos.
  • Tienes ideas de muerte o de suicidio.
 

Según Mayo Clinic, la gravedad de la depresión puede ir desde episodios de tristeza leves y temporales hasta cuadros de depresión persistente y grave. La depresión clínica es la forma más grave de depresión y también se la denomina «depresión mayor» o «trastorno depresivo mayor». No es igual a la depresión provocada por una pérdida, como la muerte de un ser querido, o por una enfermedad, como un trastorno tiroideo.

Los signos y síntomas de la depresión clínica pueden comprender los siguientes:

  • Sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza.
  • Arrebatos de enojo, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos de poca importancia.
  • Pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales o todas, como las relaciones sexuales, los pasatiempos o los deportes.
  • Alteraciones del sueño, como insomnio o dormir demasiado.
  • Cansancio y falta de energía, por lo que incluso las tareas cortas requieren un esfuerzo mayor.
  • Falta de apetito y adelgazamiento, o más antojos de comida y aumento de peso.
  • Ansiedad, nerviosismo o inquietud.
  • Lentitud para razonar, hablar y hacer movimientos corporales.
  • Sentimientos de inutilidad o culpa, fijación en fracasos del pasado o auto reproches.
  • Problemas para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas.
  • Pensamientos frecuentes o recurrentes sobre la muerte, pensamientos suicidas, intentos suicidas o suicidio.
  • Problemas físicos sin causa aparente, como dolor de espalda o de cabeza.
 

Los síntomas suelen ser tan intensos que provocan problemas notables en las relaciones con los demás o en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela o las actividades sociales.

La depresión clínica puede afectar a personas de cualquier edad, incluso a los niños. Sin embargo, los síntomas de la depresión clínica, si son graves, en general mejoran con asesoramiento psicológico, medicamentos antidepresivos o una combinación de ambas opciones.

La actividad física, enriquecimiento social a través de la cultura, de las artes, música, pintura, escultura, amor, amistades, forman parte del tratamiento para la depresión.

  1. Resolución de conflictos y gestión emocional.

Preguntas como ¿Cómo me siento hoy? ¿Por qué estoy pensando eso? ¿Qué puedo necesitar para estar bien? ¿Sé lo que quiero? ¿Puedo darle nombre a lo que estoy sintiendo?  Y muchas más preguntas son las que necesitamos para la gestión emocional. 

Quizá sea difícil identificar los pensamientos y las emociones que provocan determinados comportamientos, sin embargo, a medida que transcurra el tiempo, será más fácil nombrar y moderar esos pensamientos, así como sentir para sanar las emociones.

A la pregunta de ¿A qué venimos a este mundo? El 80% de las personas contestan, “a ser felices” y ¿Cómo sabemos lo que nos da felicidad? Venimos a este mundo, a CONOCERNOS y solo con el autoconocimiento, podemos saber que nos hace felices. Cada persona es un universo y cada una determina su propia felicidad. Así que tomémonos el tiempo para nadar en nuestro ser e indagar quiénes somos, conocer mis emociones, saber mi lado bueno y mi lado malo, para así, trabajar en mí y poder gestionar mis propias emociones.

Eduardo Galeano decía, “el lenguaje que dice la verdad es el lenguaje sentipensante” y que las mejores personas son aquellas que son capaces de pensar sintiendo y sentir pensando.

Somos seres sentipensantes, así es como nos relacionamos con el amor, con la amistad, con las tristezas, alegrías, decepciones, con nuestros ángeles y demonios, con nuestra luz y sombra, con nuestro espíritu y ego. Estamos unidos a nuestras emociones y pensamientos, somos una unidad.

“Tu vida es importante. Respétala. Lucha por alcanzar tus más altas posibilidades”. Nathaniel Branden, Los Seis Pilares de la Autoestima.

Estamos aquí para resolver problemas, para tomar decisiones y para hacernos cargo de nuestra propia gestión emocional, un coach de ontológico, emocional o de vida puede ser tu mejor aliado para trabajar en los cuatro o más problemas que más nos aquejan en nuestro diario devenir.

Referencias:

  1. Building self-esteem: A self-help guide. Substance Abuse and Mental Health Services Administration. http://store.samhsa.gov/product/Building-Self-Esteem-A-Self-Help-Guide/SMA-3715. Accessed April 29, 2017.
  2. Orth U, et al. Self-esteem development from young adulthood to old age: A cohort-sequential longitudinal study. Journal of Personality and Social Psychology. 2010; 98:645.
  3. Ways to build self-esteem. Girlshealth.gov. https://www.girlshealth.gov/disability/feeling/selfesteem.html. Accessed April 29, 2017.
  4. Creagan ET (expert opinion). Mayo Clinic, Rochester, Minn. April 30, 2017.
  5. BRANDEN, Nathaniel, 1995, Los seis pilares de la autoestima, Barcelona: Paidós,ISBN: 978-84-493-0144-5, p. 21-22.
  6. ROJAS, Enrique, 2001, ¿Quién eres?, Madrid: Ediciones Temas de Hoy S.A., p. 320-324.
  7. Ortega y Gasset, José. Obras completas, Vol. I. Ed. Taurus/Fundación José Ortega y Gasset, Madrid, 2004, p. 757.
  8. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/depression/expert-answers/clinical-depression/faq-20057770

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