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Maestra Sandra Reynoso
Coach de Vida y Sexualidad
Bill Gates, en su conferencia en TED en mayo de 2013, dijo cada persona necesita un coach y dio estos ejemplos el jugador de beisbol, un tenista, una gimnasta o un jugador de cartas, etc.
Y qué hace un coach, dentro de las funciones de un coach, es ser guiar, es ser espejo, es confrontar, es sensibilizar, es ejercitar la mente para flexibilizarla, en resumen, la actividad global de un coach es implementar un entrenamiento para la vida.
La razón por la que Gates lanzó esta afirmación es que, todos necesitamos a esa persona que nos retroalimente, que nos ayude a lograr nuestras metas y también a tener una visión de nosotros mismos que nosotros solos no podemos ver, y al hacerlo, nos conduzca a mejorar en cada cosa que nos propongamos y así ser la mejor versión de nosotros mismos.
Lo verdaderamente valioso de la aseveración, es la motivación que siembra en las personas de cómo un hombre tan exitoso se ha dejado guiar y se ha entrenado para lograr sus objetivos. La frase que tal vez hayamos expresado alguna vez, “no te necesito”, se cae por completo al reconocer que todos y cada uno, necesitamos un profesional, un entrenador para la vida.
Se dice que la figura del coach es el agente de cambio en el siglo 21, para encarar a las personas a nuevos retos y circunstancias. Hoy más que nunca estamos viviendo momentos de cambio, después de dos años de pandemia COVID, todavía no vemos la luz al final del túnel y sin embargo no podemos, ni debemos detenernos. La inercia que llevaba la humanidad antes de la pandemia, dio un freno imborrable, que dejo marcas en el pavimento de nuestras vidas.
La profesionalización del coach, en estos momentos es cada vez más seria y coyuntural, todos los días aparecen razones que ratifican la frase de que cada persona lo necesita. Cada realidad genera una necesidad diferente en la que debemos estar entrenándonos y esa preparación lo que hará es que contemos con las herramientas necesarias para afrontar con capacidad y actitud los retos diarios.
Cuando yo estaba joven y llena de sueños, mi país México, sufrió uno de los grandes reveses de los muchos que ha pasado. A mí se me desmoronaron el mundo y mis ilusiones, me costó mucho trabajo salir de ese bache, como me hubiera servido haber estado entrenada para afrontar esas y otras muchas situaciones que suceden a mi alrededor. Lo que he podido hacer es capacitarme y contar con las herramientas del coaching para caminar, sin detenerme.
Y es precisamente esa nueva palabra transformacción, la que un coach como me propuse conseguir, en mi primero y después en lo demás después, transformar para la acción, por eso mi misión es influir para lograr
Las razones de existir de un coach son tantas y variadas como las circunstancias, les propongo que juntos analicemos algunas:
La figura del coach ante:
Nuestra realidad ante la pandemia ha dado un giro de 180 grados y los que no nos adaptemos a ese movimiento telúrico podemos sufrir mucho en el camino. No hay nada seguro, el mundo puede cambiar en un momento y zarandearnos fuertemente, el dejarnos llevar por la desesperanza, frustración o el cansancio, nos puede paralizar, recordemos la frase que, lo único constante es el cambio, y que estamos hecho para adaptarnos y ahí es donde entra el coach para apoyarnos en entrenarnos a nuevas circunstancias y a las cosas que salen de nuestro control.
Lo que va a hacer el coach es un ejercicio para que abramos la mente y veamos nuevas opciones que nos permitan salir de la caja, out of the box. Tener herramientas de vida para no solo sobrevivir, sino hasta en algunos casos, ir disfrutando y celebrando nuestros logros en cada batalla.
Así es como un coach nos entrena para la vida
“No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”, Woody Allen
El 80% de las personas no se conocen y por ende no se valoran
“Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades” Wayne Dyer
Parece increíble que estemos en la época de mayores posibilidades de conocer de unirse con el mundo por medio de las redes sociales y la tecnología, gracias a eso tenemos amigos en todo el mundo y conocemos hasta los más íntimos detalles de todos y cada uno, mucho de nuestro tiempo lo usamos para ver es ver hacia afuera y sin embargo, podemos detenernos para saber quiénes somos nosotros.
La pandemia parecía el momento idóneo para lograrlo, no podíamos salir, trabajábamos en casa, teníamos aparentemente tiempo de sobra, y qué paso, pues que por el contrario en muchos casos trabajamos de más, teníamos en casa muchos distractores, convivíamos con la familia más tiempo y no necesariamente era tiempo de calidad, en fin invertir tiempo en nosotros parece que no fue y no ha sido el suficiente, y si lo fue, como nunca lo habíamos hecho, no sabíamos cómo, ya tal vez nos daba miedo entrar y empezar a descubrir quienes éramos realmente.
“Cada uno necesitamos de un coach”, hoy más que nunca entrar en una transformacción usando los recursos del coaching, cobra más sentido en nuestras vidas para avanzar en el autoconocimiento. Preguntas como, qué te inquieta, qué quieres, cuáles son tus sueños, qué te detiene para lograrlos, y así ir indagando en forma conjunta, quién eres y darle seguimiento puntual, le permite al coach y a ti mismo, brindar una ayuda en forma eficaz y efectiva.
Los resultados son tangibles para el cliente o coachee y el avance es medible, porque tú mismo te vas a sentir cada vez mejor, más satisfecho con tus logros y vas a aceptarte tal y come eres y no como pretendías ser sin lograrlo.
Se requiere de un proceso, que podrías hacer solo, gracias a la ayuda profesional de un coach la conexión contigo mismo, puede ser mejor y definitivamente más profunda. Es capaz de sacar y co-crear la mejor versión de ti mismo.
Un valioso elemento que poco usamos y que lo tenemos a la mano es el silencio, si esa ausencia total del ruido, el silencio es una forma de comunicación, aunque parezca una contradicción. El silencio nos permite escuchar, nos da la oportunidad de calmar la mente, nos genera un espacio para el análisis y la reflexión, el silencio es una joya que al aprovecharlo, es una de las herramientas más poderosas para el autoconocimiento. El buen charlista es el que mejor administra el silencio.
El coach genera espacios de silencio para la autorreflexión que le dará al cliente las respuestas buscadas a sus preguntas para el autoconocimiento.
Dónde está la felicidad, dónde la compro, la busco en Google, se la pido prestada a mi pareja, seguro la encuentro cuando voy de compras a una tienda o posiblemente ahora que me saque la lotería. En fin, el coach que cada uno necesitamos nos puede ayudar a generar las circunstancias para encontrar la felicidad en nosotros mismos.
Al aprender a manejar los eventos que nos podemos controlar, cuando podemos enfocarnos en nosotros mismos, entrenándonos para la vida por medio de las herramientas de la auto búsqueda interior para crear un equilibrio armónico entre lo que sentimos, pensamos y hacemos, nos reconocemos como seres senti-pensantes.
Reconocer cuando algo sale de nuestro control, tenemos que aceptar que somos responsables, si es el caso, o aclarar lo que me corresponde y lo que no.
Estudios psicológicos a nivel internacional aseveran que el tener vínculos alargan la vida, Mirian Krausse, doctora en psicología de la Universidad Libre de Berlín, explica la importancia de los afectos, “tener buenas relaciones a nivel interpersonal impacta en términos de prolongar la vida”, dice que “lo fundamental es saber manejar los distintitos niveles de relaciones, entendiendo que existe un riesgo en perder los vínculos cercanos y comunicarse en un solo nivel”.
El sentido de vida se da cuando tenemos un propósito o varios que cumplir y se puede encontrar por medio del amor a uno mismo en una forma consciente y permanente y también al amar a las personas que nos rodean. El resultado de la definición de este camino, nos hará sentirnos seguros, empoderados, con ganas de compartir y de promover el mejoramiento comunitario. Una vida útil tiene que ver con el servicio a lo demás, de ahí la frase de la Madre Teresa de Calcuta, “quién no vive para servir, no sirve para vivir”
“Los ríos no beben su propia agua; los arboles no comen sus propios frutos. El sol no brilla para sí mismo; y las flores no esparcen su fragancia para sí mismas”.
Hacer consientes a los coachees de esta necesidad de conexión y los beneficios que conllevan, es una necesidad del trabajo profesional del coach.
Si algo no lo sabemos, investiguémoslo. El conocimiento empodera porque al comprender por medio de la razón la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas, fortalecemos nuestro entendimiento hacia nosotros mismos y hacia los demás, es ahí cuando la benevolencia actúa y por consecuencia surge la felicidad. Un coach promueve el conocimiento y fomenta la celebración de los logros conseguidos.
¿Sabes qué pasa si sonríes? Para enojarse se mueven 62 músculos y para sonreír solo 26. La sonrisa es un mecanismo innato, los niños sonríen en promedio 400 veces al día, tan solo el 33% de los adultos, sonríe 20 veces.
Para ser feliz, sonreír o viceversa, cuando algo nos pone contentos sonreímos, es la llamada propiocepción, que es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de nuestro cuerpo en cada momento y es un sistema de comunicación de doble sentido entre tu cerebro y tu cuerpo. Al sonreír el cerebro interpreta que estas contento y libera sustancias llamadas endorfinas, capaces de alegrarte.
Sonreír nos genera emociones positivas a nosotros mismos y a los que nos rodean, por eso yo siempre digo, lo primero que hago al levantarme es ponerme la sonrisa, me ayuda a mí misma a ser feliz y a los demás les inspira.
Habrás notado que al sonreír es probable que te devuelvan la sonrisa y eso ocurre por el efecto de las neuronas espejo y cuando te regresan la sonrisa, lograste producir confianza e inducir un cambio positivo.
Coachear significa apoyar, el impulsar que se obtengan los beneficios de sonreír, se refleja en la satisfacción del cliente y el fruto de sonreír lo obtiene principalmente el que lo hace, se siente bien y por consecuencia hace sentir bien a los que lo ven.
Ver las cosas con un sentido más favorable tiene una serie de beneficios
En un estudio realizado con 99 estudiantes de la Universidad de Harvard, los que eran positivos a los 25 años gozaron de mejor salud entre los 45 y los 60 años, que los que eran pesimistas.
Un buen camino para trabajar como coach en la felicidad es provocar por medio de las herramientas del coaching, la aceptación, la conexión, el conocimiento, el sonreír y el optimismo.
Para poder evolucionar en los distintos planos de nuestra vida, necesitamos a un coach. Vivir en la zona de confort nos es vivir, es sobrevivir y todo por miedo a lo desconocido, “más vale bueno por conocido que malo por conocer”.
El miedo es una emoción primaria y nos sirve para pensar más las cosas, constituye un mecanismo de supervivencia, adaptación y defensa. En ese sentido es moral y benéfico para los seres humanos sentir miedo, pero si el miedo nos impide avanzar, puede generar cambios negativos a nuestra salud en el corto, mediano y largo plazo, el miedo puede dañar no solo la mente sino también el cuerpo. El miedo pude convertirse en el enemigo silencioso y podemos estar durmiendo con el enemigo.
Un coach puede, a través de preguntas poderosas y otros recursos, ayudar a encontrar a su cliente, a encontrar la valentía y el coraje que le permitan avanzar, conseguir sus objetivos de crecimiento y lograr una vida plena que le aporte una sensación de autoconfianza para decididamente ser la mejor versión de sí mismo.
Pasos tan importantes como, dar por terminada una relación, buscar un ascenso, pedir un aumento, decir lo que sentimos, en fin, muchas decisiones que pueden permanecer atoradas y limitan nuestra evolución, a través sesiones de coaching, lograremos caminar ese sendero que nos ha impedido crecer y liberarnos.
“La mente que se abre a una nueva idea jamás volverá a su tamaño original”
Albert Einstein