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Maestra Sandra Reynoso
Coach de Vida y Sexualidad
Sentir, pensar y actuar.
El conocimiento de tus emociones se refleja en cómo te expresas, cómo piensas y cómo te comportas. Existe un vocabulario emocional que muchas veces habla por ti sin que tú digas nada, eres un ser “sentipensante”. Asimismo, tú puedes leer la forma de ser de otra persona al observar sus señales emocionales.
Emoción, según el Diccionario de la lengua española, es la alteración del ánimo intensa y pasajera. Las emociones son reacciones fisiológicas de nuestro cuerpo ante estímulos que aparecen en nuestro entorno y en nosotros mismos. La etimología de la palabra emoción viene del latín moveré, que es moverse y el prefijo “e” denota un objetivo, es decir, movimiento hacia algo o por algo, las emociones te mueven y al moverte, ya sea de estado de ánimo o de lugar, hay uno o varios cambios.
Según Paul Elkman, psicólogo estadounidense y pionero en el estudio de las emociones primarias, dice que nacemos con un paquete de 6 emociones: tristeza, alegría, miedo, ira, asco y sorpresa, con estas emociones nos movemos intuitivamente a diferentes estados de ánimo. Por ejemplo, cuando somos bebés lloramos y ¿por qué crees que lo hacemos? Por hambre, dolor, sensación de frío o calor, por estar muy arropado o por algún golpe.
Está asociada al placer y el disfrute, te proporciona un estado de felicidad y anula casi cualquier emoción negativa que puedas sentir.
Generalmente está causada por pérdidas, rupturas o disgustos. Ocasiona pérdida de energía, de motivación y en casos graves, puede derivarse en una depresión.
Esta emoción te protege porque te pone en estado de alerta ante amenazas, que pueden ser reales o imaginarias. Cuando el miedo se vuelve patológico puede ser desde preocupación, desasosiego hasta ansiedad y fobias.
Es una señal de advertencia que te avisa cuando algo anda mal, es una emoción desagradable y al mismo tiempo puede ser hasta saludable, pero puede convertirse en un problema si no la gestionas. Al enojarte sentirás las manos calientes ya que reciben más sangre, por si necesitas usarlas ante una amenaza.
Se provoca cuando percibes un olor, un sabor o algo que a la vista puede ser desagradable, también viendo alguna escena e inclusive imaginando algo. Puede generarte varios cambios y hasta provocarte el vómito.
Se genera por algo inesperado, imprevisto o extraño y aún sin que te percates, cuando arqueas las cejas y abres los ojos al máximo, te permite una mayor entrada de luz para ver mejor lo que ocurre y que puedas actuar en consecuencia.
Uso inteligente de las emociones.
La inteligencia emocional, según Daniel Goleman, es la capacidad de reconocer las emociones (tanto propias como ajenas) y de gestionar nuestra respuesta ante ellas. Efectivamente, para eso nos sirven las emociones para saber cómo actuar con cada una. Tendremos primero que identificarlas, darles nombre y reconocer sus manifestaciones, esas sensaciones son personales y aunque algunas son comunes, cada uno las percibe diferente, ya sea por intensidad, frecuencia o complejidad.
Sé consciente de cómo te sientes.
No niegues lo que sientes.
Trata saber por qué te sientes así.
Responsabilízate sin buscar culpables.
Acepta tus emociones como naturales y compréndelas (compréndete y sé amable contigo).
Hoy es un gran reto, mantener el equilibrio emocional, los grandes cambios tecnológicos, económicos, de violencia, de competitividad, sociales y de salud, entre otros, te pueden ocasionar un agotamiento emocional y físico.
Trabajar con un coach de vida en las emociones, en la mente, y el cuerpo es la forma de crear una armonía para producir un balance emocional y fortalecer al ser.
Quererte y ser flexibles de mente y cuerpo, te libera y te ayuda a resolver problemas internos y externos, el objetivo es mantener tu equilibrio emocional tomando el timón de tu vida para disfrutarla plenamente.
Bibliografía: